martes, 31 de mayo de 2011

“Acto Cultural”: Mientras escenifiquen a Cabrujas

No me digan que José Ignacio Cabrujas está muerto, porque mientras exista en este país un grupo teatral que siga escenificando sus obras entonces será letra viva, letra donde la sangre recorre, un grito que se deja colar en la conciencia de cada uno de los hijos de esta tierra de Bolívar.

¿Pero somos hijos de Bolívar, o producto de un proyecto cuya envergadura no imaginaba Cristóbal Colón?, ¿qué pasa con nuestra identidad subyugada que se impide a si misma volver al pasado para entender el presente?

Entonces en Caracas el Grupo Actoral 80 mantiene viva la palabra de Cabrujas a través de su obra “Acto Cultural”, donde el pueblo de San Rafael de Ejido es testigo de una obra que escenificará la Sociedad Louis Pasteur para el Fomento de las Artes, las Ciencias y las Industrias.

En esta sociedad es Amadeo Mier quien toma la batuta luego de escribir la obra “Colón, Cristóbal, el genovés alucinado”, otra forma donde el insigne dramaturgo venezolano hace gala de su sarcasmo, característica que siempre fue evidente en sus escritos.

Aquí Cabrujas juega con el estilo del teatro dentro del teatro, y se aprovecha de esa forma artística para mostrar los enredos de unos personajes que confunden lo que escenifican con lo que acontece en sus vidas privadas, mirando siempre al pasado con dolor. A veces hablan como los personajes que están representando, y de repente sueltan expresiones que corresponde a ellos mismos, de lo que son, de lo que soñaron y no resultó.

Cabrujas tenía la maña de mostrar la vida privada de sus personajes, incluso los históricos, ese lado humano que se desconoce, atribuyéndose el derecho de construir una sátira de los mismos reyes de España cuando llega Cristóbal Colón a pedirles apoyo para viajar hacia el continente desconocido. Eso es “Acto Cultural”, una sátira de nuestra historia y de lo somos ahora.

Este dramaturgo tomó como base de sus obras la historia de Venezuela, lo que podría llamarse una dramaturgia política-histórica inspirado por Bertolt Bretcht, para luego confundirse con el día a día de sus personajes cotidianos haciéndose eco del estilo absurdo de Eugene Ionesco. En mi visión personal, Cabrujas fue una versión mejorada del teatro del absurdo de Ionesco.

En “Acto Cultural” Amadeo Mier toma vida de la mano del actor Juvel Vielma, mejor recordado como Boves en la película “Taita Boves”, dándole una fuerza inimaginada, con una voz de león que a veces ruge y en otras hace una expresión de dolor, acompañado de un excelente elenco como son: Melissa Wolf, Samanta Castillo, Angélica Arteaga, Daniel Rodríguez y Juan Vicente Pérez.

Recuerdo que cuando comencé a estudiar teatro me causaba ruido auditivo y visual la forma exagerada con que se expresaban algunos actores al entrar en escena. Sin embargo, esa característica expresiva encaja perfectamente con esta obra, es una expresión muy teatral que rescata asertivamente Héctor Manrique en la dirección de “Acto Cultural”, donde cada uno de los actores sacan la mayor energía de sí para brindarle la fuerza que requiere las palabras expuestas por Cabrujas.

Cabe destacar que la dramaturgia de Cabrujas sólo permite jugar con un teatro de texto, donde la palabra es el ángulo y hueso del montaje, donde el exceso de recursos visuales le quitaría la magia al manejo de un lenguaje cargado de ironías, y es también por esta razón que la actuación sumamente teatral le imprime el sabor que requiere esta obra.

Si eres venezolano y no entiendes el terreno sobre el cual vives entonces no dejes de ver “Acto Cultural”, en el Espacio Plural del Trasnocho, donde estará nuevamente a partir del 04 de junio.

PD: Foto de Nicola Rocco, tomada de la página del Grupo Actoral 80

viernes, 27 de mayo de 2011

Buscando ser una promoción

“Promoción Honor a mis Padres” es esa clase de obra donde el sabor tropical se mezcla con la poesía, con un buen dibujo del drama de cada uno de los personajes, y en una lectura social totalmente acertada.

Esta obra traduce al lenguaje teatral ese espíritu interno que se teje en cada uno de los jóvenes de un pueblo costero de Venezuela, Río Güarura, quienes celebran su graduación como bachilleres que egresan del Liceo Símbolos Patrios. Pero, ¿qué pasa con ellos?, ¿por qué el escenario del pueblo se levanta como atmósfera del fracaso?, ¿por qué quieren huir de la derrota de los padres?, ¿fueron los padres jóvenes mejores?, ¿quiénes son ellos?, ¿qué quieren?

Con esta obra Elio Palencia se alza, en el principio del siglo XXI, como uno de los dramaturgos venezolanos que hace una lectura a fondo de lo que somos y nuestras expectativas, rompiendo con el tono idealista, sin dejar a un lado el amor que se siente por la sociedad donde creció.

Dice Palencia sobre la obra: “Jóvenes fueron los conquistadores con su huella en el mestizaje, los próceres de la independencia, lo reivindicadores de tierra y hombres libres, la generación del 28, los guerrilleros de los 60… Desde el teatro, insistimos en jugar a espejos que reflejen hermosuras o esperpentos… que mañana no haya que preguntarse, como un personaje de Cabrunas, ¿de quién es la culpa, entonces?, ¿no es tuya la culpa?... ¿no tuviste la oportunidad?”.

Todo comienza con una expresión vulgar que socava lo frágil de la identidad juvenil, luego surge el dilema entre el ser y el tener, donde cada uno busca ser una entidad superior a su pasado, ¿pero quién es realmente triunfador o triunfadora en ese juego?, ¿acaso los que tenían más?, y entonces surge la imagen que considero brillante en toda la obra: La corresponsabilidad. Entonces el destino se aclara como una responsabilidad de cada quien, más allá del azar que parece incontrolable para muchos.

Con la dirección de Rufino Dorta estos personajes adquieren una cara más surrealista, haciendo de la obra de Palencia un cuadro más teatral, incluso plagado de textura con la simbología del agua que emerge de la playa, y la fuerza del tambor que muestra ese espíritu juguetón y hormonal que se encierra en cada joven.

Esta producción cuenta con la actuación de Abilio Torres, Jean Franco de Marchi, Peter Kuklesa, Natacha Pérez, Miosothis Pineda, Heriberto Garcés, Aquiles Diaz, José Lugo, Ángel Pájaro; y el apoyo musical de Roger Ramírez, Jerry Heredia, María Alejandra Tellis, Esrnesto Campos, Sahara Álvarez y Andrea Pedrón.

Un equipo espléndido para dar como resultado una verdadera joya teatral, vulgar y con poesía a la vez, con matices atrevidos, irreverentes, ingenuos y soñadores, donde cabe reír y a la vez asombrarnos de nuestras propias torpezas. Sin duda, arte más allá de arte. Porque Rajatabla nació siendo una voz de los jóvenes con “Tu país está feliz”, y permanece con esa postura fresca y contestataria.

“Promoción Honor a mis Padres” es reestrenada en la sala 1 del Celarg, este jueves 26 de mayo, a las 8:00 de la noche, para luego poder ser disfrutada por el público en una temporada completa hasta el 19 de junio. De jueves a sábados a las 8:00 pm, y los domingos a las 6:00 pm.

PD: La foto de mi querido director Rufino Dorta la tomé de la página "Visiones Particulares" de Francisco Lizarazo.

lunes, 2 de mayo de 2011

Cine y literatura, ¿un matrimonio disfuncional?

En un post anterior mencioné que el cine en sus comienzos se alimentó del teatro, y este último es también literatura. Saltaré el punto de la discusión del nexo entre el libreto teatral y la literatura, para entonces dar paso a otro alimento del cine, las bellas letras, la literatura.

A estas alturas han sido muchas las novelas y relatos llevados a la gran pantalla, de diferentes latitudes, y esto seguirá ocurriendo. Pero lo que me inquieta es determinar cuándo se trata de una buena adaptación y cuándo no. ¿Hay acaso una regla para llevar a cabo este proceso?

La frase más común entre los espectadores es “Nunca una película igualará a la emoción de un libro”, y entonces nos limitamos a creer que el cine nunca recreará, aunque sea el 80 por ciento, la imaginación del lector, o inclusive superarla. Sin embargo, todavía los jóvenes de bachillerato cuando les mandan a leer “La casa de los espíritus” prefieren ver la película, y no con orgullo debo confesar que cometí ese pecado.

Comenzó mi aventura. Había una historia épica de elfos, hobbits, y enanos, y la película resultó de una belleza inimaginable en su logro al recrear la historia original que estoy segura que la calavera de J.R. Tolkien, autor de la trilogía “El señor de los anillos”, sonreía con placer. Entonces llegué a pensar que si es posible una buena adaptación que respete la esencia de un libro.

Segunda etapa. Un relato que asume el olfato como el narrador. Una orgía en una plaza que se me hacía difícil imaginarlo llevada al cine, pero que magistralmente fue una poesía visual, para luego dejar un aire de decepción con la escena final, tan desligada de la crudeza de la novela, carente de ese aire de venganza animal que había en “El Perfume”, novela de Patrick Suskind. Pero salvo ese final, una muerte simple y escueta que no rozó siquiera lo fuerte de la descripción original, el resto de la película no tiene perdida y mantiene la idea del autor.

Tercer encuentro. Un escritor secuestrado y atormentado por una enfermera con desorden mental. Y para hacer notar el respeto que le tengo a esta novela “Misery” de Stephen King, traigo a colación un extracto que me parece que encierra la esencia de la historia y es, a mí parecer, una de las mejores descripciones que he leído en la literatura hasta el momento:

“El dolor latía en sus piernas y le apretaba el escroto como una argolla de acero. Se había palpado la zona y le parecía que la pelvis estaba intacta, aunque tenía una sensación extraña. De las rodillas para abajo, tenía la impresión de que estaba entero; pero no quería mirar. A través de la ropa de la cama podía ver las formas abultadas y retorcidas. Eso era suficiente.”

Apenas terminé con la novela me puse a ver la película. La decepción fue grande. Hubiese sido preferible torturarme nuevamente con Matrix 3 en el cine, llenando mi boca de cotufas como cerda de neuronas flojas. Lo único que me mantuvo firme en terminar de ver la película fue el trabajo actoral de Kathy Bates como la enfermera desquiciada Annie Wilkes. Del resto hubo detalles que más allá de omitirlo por factor tiempo, le restaron ese aire de terror psicológico que construyó Stephen King.

En primer lugar el autor parte con la descripción del asco que Annie producía en el escritor Paul, esto se olvidó, ni siquiera hubo un acercamiento a este detalle importante. Por otro lado, la enfermera no le partía los pies al escritor, le cortaba el izquierdo como amenaza. Y no creo que el factor desarrollo tecnológico (la película fue hecha en 1990) haya impedido hacer una especie de efecto, o dar a entender en una imagen al público lo que había hecho Annie. Luego, no fue un solo policía que estaba trabajando en la búsqueda del escritor desaparecido, sino que en la historia aparece un policía que está trabajando en la búsqueda de Paul, pero que fallece en manos de la enfermera desequilibrada, y luego aparecen dos buscando tanto al policía desaparecido como al escritor, en la película se limitaron a un solo sargento y con un suceso, entre otros detalles que cambiaron, restándole fuerza al trabajo de S. King.

Tras esta decepción, recientemente hubo algo que me cautivó. La novela “Orgullo y prejuicio” de Jean Austen, cuyo aire femenino relata los conflictos de las familias de clase alta de la Gran Bretaña del siglo XVII, sin duda llega al corazón de las mujeres, y con un uso inteligente del sarcasmo. Al toparme con la película pasó un fenómeno distinto, el movimiento de la cámara le dio otro aire a la historia, convirtiendo al film en un relato más interesante que la novela per se. Salvo el detalle, de que no sé porqué necedad lo alteraron, cuando Elizabeth se entera de la huida de su hermana al primero al que se lo informa es a Darcy, en cambio en la película mostraban a ella acompañada de sus tíos y de Dary en ese justo momento.

¿Directores necios?, ¿resta de detalles para ganar tiempo?, ¿falta de revisión de la historia original?, ¿ganas del director de vanagloriarse diciendo que esa fue su visión de la novela?, no sé, pero tal parece que mejorando o empeorando el relato original, casi nunca la película perseguirá la fidelidad del relato original. Seguiré viendo adaptaciones, si encuentro una que cambie el panorama lo informaré.

Por qué The Revenant no fue para el público venezolano

The Revenant comienza con hermosos paneos del paisaje frío e inhóspito donde se desarrolla la historia del film. Ahí está la chica en su ...