miércoles, 28 de diciembre de 2011

¡Salud 2011!

Después de unas semanas intensa de trabajo normal y trabajo artístico ya se me vino encima el cierre de año, y me pregunto por qué el tiempo siempre anda apurado, así como camina la gente en Caracas.

Finalmente a mediados de diciembre estrenamos la obra “La Mosca Dorada” en la sala Rajatabla, lo que sería la primera etapa de la obra y nuestro proyecto de graduación de la promoción XXI de actores que nuevamente lanza a la calle la más antigua de las agrupaciones de teatro venezolana.

Es el cierre de un ciclo para mí, de dos años de intenso trajinar entre el aprendizaje y el hacer, de conocer varios estilos en cada uno de los monitores, y escribo esto sin creerme todavía el hecho de que prácticamente soy actriz graduada, lo que siempre quise y donde siempre soñé.

“La Mosca Dorada” es un texto compuesto a partir de los planteamientos dramáticos originales de Eugene Ionesco. Es difícil clasificarlo porque aunque se pinta de teatro del absurdo, a veces el texto tiene algo de psicológico y hay un acercamiento al teatro de la crueldad en su representación. Nuevamente la presentaremos para las dos semanas finales de enero del 2012.

Aparte de lo divino de disfrutar el hecho creativo, es también haber compartido con mi familia que vino, mi madre hasta soltó unas lagrimitas cuando veía la obra, y que a mi novio le haya gustado también significa un éxito para mí.

Este año ha sido el que más he disfrutado de Caracas y su vida artística, he visto más obras de teatro y más películas, obviamente mi número de libros leídos no ha incrementado, pero tampoco ha bajado. También fue un año donde pudimos en conjunto, un grupo de amigos, perder el miedo a lanzarnos con un proyecto teatral propio como fue con la obra “Uniforme Escolar”, comprobamos que se pueden hacer cosas desde personas desconocidas y demostrar que hay material para dar.

Me mantengo alerta ante las ideas que tengo volando en mi cabeza, espero que se mantengan y poder materializarlas el año que viene. Por los momentos la palabra que debe predominar en mi accionar del 2012 es “Ahorro”, hasta ser mezquina conmigo misma en cuanto a los libros, el objetivo vale la pena el sacrificio.

martes, 6 de diciembre de 2011

La deuda del arte en Venezuela

El día a día es uno de los mayores nutrientes de los escritores, y qué delicia cuando el escritor se deja llevar por esos personajes que surgen de su cotidianidad, es como ponerle un toque de alcaparra cuando se cocina un arroz con pollo.

En el año 1992 nadie se imaginó que el secreto para el éxito de una telenovela fuera darle ese toquecito de alcaparra que conectara a la gente con el sabor de lo suyo. Y fue entonces cuando RCTV apostó por un malcriado dramaturgo como era Ibsen Martínez y un culebrón político como fue “Por Estas Calles”, y el público tuvo la oportunidad de ver la chispa de un escritor a través de un inolvidable personaje Eudomar Santos, escenificado por Franklin Virgüez.

Ibsen era como el chico rebelde en silencio, incomprendido, dando pataletas a los diferentes jefes de dramáticos tanto de Venevisión como RCTV, pero que siempre lograba su cometido. O tal vez era una especie de estrategia maquiavélica donde esperaba el momento indicado para dar a conocer su postura como ciudadano. Porque “Por Estas Calles” sin duda era decir en qué bando se jugaba y por qué, era lanzar un tendedero con los trapos más sucios y mostrar la fragilidad de un país.

Casi 10 años después Ibsen rescata a Eudomar Santos, ese malandro ingenuo, mal hablado, pero con su sabiduría particular y picaresca y lo trae con la obra de teatro “Como vayan viniendo”. El título es el resumen de esa frase que pegó en aquel entonces: “Como vaya viniendo, vamos viendo”. Allí describe claramente una sociedad amante de la improvisación y de los resuelves, una nación que no piensa en el futuro sino que se limita al presente inmediato. Eudomar era ese tonto pendejo, aquel que siempre se la quiere dar de vivo pero termina fuñío, aquel que votó por el gocho en 1988 para que le dieran un trabajo y se quedó esperándolo.

¿Luego de esos 10 años qué sería de la vida de Eudomar?, allí está la gran respuesta en la obra de teatro que trae Martínez en especie de Talk Show con monólogo, y sin duda el mejor trabajo que he visto contra el continuo Alzheimer de los venezolanos.

De seguro para algunos la obra resultaría demasiado política, pero les confieso que hasta lágrimas vi en el público, justo en el momento Franklin Virgüez hace gala de su energía como actor y aprovecha el parlamento para hacer la mayor catarsis en decir lo que muchos callan.

Aquí corroboré que el arte no puede ser complaciente, el arte debe abrir conciencias, ser un espacio de debate, ser corrosiva a veces si es necesario, inclusive generar una bomba en el corazón del público que los deje batiéndose con sus remordimientos hasta ponerlos en orden.

“El personaje más querido en la telenovela era el hombre de la etiqueta, un policía que actuaba fuera del marco de la ley, la gente apoyaba a un personaje que actuaba fuera del marco de la ley”, dice Virgüez en un tono asombrado, y es cierto, hasta yo lo confieso, lo cual sirvió para demostrar que desde aquel entonces los venezolanos no creían en el sistema judicial.

Es asombroso, para mí, como una obra puede generar tantos sentimientos sin tener mucha marcación de movimiento, un diseño de iluminación sencillo y sin escenografía, era solamente la palabra desnudando lo que somos.

La obra tenía tanta mordacidad y sarcasmo contra la falta de memoria del venezolano que sin duda recordé a Cabrujas. Para mí Ibsen Martínez es el pupilo de José Ignacio Cabrujas, su heredero, y esto lo sentí desde sus artículos de opinión, y lo corroboré con los trabajos que divinamente ha entregado al público del teatro este año comenzando con “Petroleros Suicidas”, que también la recomiendo.

Si la gente esperaba una segunda parte de “Por Estas Calles” esta obra “Como vaya viniendo” es sin duda su continuación, y la mejor muestra de que Martínez sabe que el arte no se trata de enlatado sino un desnatado cerebral. Tu deuda está pagada Ibsen.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Para ver en familia: Black


De la creatividad del director hindú Sanjay Leela Bhansali nos llega esta hermosa historia “Black”, donde las oscuridades de la vida se convierten en colores de esperanza, sí, así como lo canta Diego Torres.

La autobiografía de Hellen Keller es lo que da el nacimiento a este film. El drama de una niña sorda y ciega que irónicamente consigue la luz por medio de un profesor alcohólico, cuya metodología ortodoxa le permite a la menor una vía para comunicarse con el resto de las personas.

En esta película se nota la forma dramática exagerada de los hindúes, pero que calza perfectamente con la historia. Esta producción cuenta con las actuaciones magistrales de Amitabh Bachchan como el profesor Debraj Sahai, y de Rani Mukherjee como la joven Michelle McNally, ambos acompañados por lo que yo definiría una niña prodigio Ayesha Kapoor haciendo de Michelle en su etapa infantil, quien deja sin aliento a cualquiera mostrando el lado salvaje y a la vez inocente de la sorda-ciega.

“Black” nos habla de una niña con ganas de superarse, con unos padres conservadores, y un profesor tenaz que busca romper los prejuicios de una universidad por hacer posible el sueño de su alumna.

Los aspectos técnicos de la película están muy bien manejados y cuidados, además de presentar una fotografía que parece tomar un ritmo similar a la historia, haciendo un ensamblaje perfecto para entregar una verdadera joya, inclusive un film que puede servir de cátedra para actuación. Esta es sin duda una película para ver en familia.

viernes, 9 de septiembre de 2011

La sociedad como un monstruo que no se comprende

“Monstruos en el closet, ogros bajo la cama” suena a título de obra de teatro infantil, pero al contrario solamente define el final de su presentación en un desespero de rescatar la esperanza que habita en todo niño.

Es la obra de Gustavo Ott sobre el ataque a las torres gemelas de Nueva York, el 11 de Septiembre del 2001. Yo estaba acostumbrada al humor negro de este dramaturgo venezolano, pero me encontré con su lado más poético y ácido a la vez, como una poesía oscura al estilo de Rimbaud y Baudelaire.

El teatro y las letras se unen para criticar un acto tan aborrecible a partir del 10 de Septiembre en la sala María Teresa Castillo del Ateneo de Caracas.

Aquí se demuestra el arte no debe ser complaciente, ni convertirse en un mero vehículo de evasión. A través de “Monstruos en el closet, otros bajo la cama” la escena teatral se convierte un espejo perverso de los fantasmas más aborrecibles del ser humano. No es una obra apta para quienes buscan divertimento.

Con una puesta en escena sencilla la directora de esta obra, Consuelo Trum, resalta el dolor latente por la humanidad en el escrito de Ott. Dicho planteamiento es respaldado con el logro dramático de las actrices Lenni Márquez y Valeria Castillo, quienes transforman su rostro en un par de torres humanizadas que narran sus vivencias y de quienes viven el horror del 11 de Septiembre en su interior.

La inocencia se desploma ante la rabia expresada por un grupo desconocido y terrorista amenazante. Inclusive asomar un juicio con respecto a los ejecutantes de esta acción puede ser errada. Es una acción tan aborrecible como dividir la humanidad en dos concepciones, en la oriental y en la occidental, como si la visión espiritual de una estuviese obligadamente divorciada del pragmatismo de la otra y no hubiese un puente de comunicación.

Al final de los conceptos se hallan sujetos inocentes que buscan, cada uno a su manera, tejer sueños, una boda, un compromiso, una carrera, tener hijos, un ascenso, conseguir trabajo, o lograr una nacionalidad, que se ven truncados por el odio desmedido a quienes son diferentes; ¿Qué culpa tiene la mujer que prepara su boda en Beirut?. Entonces, cuando cae al piso el amor por la humanidad nos toca buscar monstruos en el closet o unos ogros bajo la cama con los cuales jugar y rescatar nuestras ilusiones infantiles.

PD: foto tomada de la página correocultural.com

domingo, 4 de septiembre de 2011

Sigue la evolución en el cine nacional: “Una mirada al mar”

Voy a empezar hacer unos post para recomendar unas películas que deben ser vistas en familia, o seudo familias, no importa cómo sea la tuya, pero véanlas acompañados de sus seres más queridos y entonces entenderán que el arte también difunde luces.

“Una mirada al mar”, dirigida por Andrea Ríos, con apoyo de la Vila del Cine, es lo que califico como la evolución en el cine venezolano. Va más allá de la violencia, armas, lenguaje obsceno y escenas de sexo, porque no lo tiene, y es bueno aclarar que se trata de una película diferente para un gusto diferente.

La trama es así: Rufino queda viudo y decide dejar Caracas para regresar a su pueblo de San Pedro, un pueblo donde el sabor negroide se mezcla con el culto a la Virgen del Valle en medio de un majestuoso paisaje que regala el mar. Regresa a la casa de su amigo Gaspar, y se da cuenta que este último está cuidando una niña huérfana que está en proceso de adopción por parte de una profesora. Ambos, Gaspar y Rufino, desde jóvenes se dedicaban a la pintura y era lo que los unía.

La convivencia se torna difícil para Rufino, ya que no es del agrado de la niña y esta hace todo lo posible para hacerlo sentir mal en la casa, mientras tanto él soporta esperando a que le sea restaurada su vieja vivienda del pueblo. En medio de ese escenario la niña tiene la misión de entregar un cuadro de su autoría al colegio para ganar un concurso. Ella cuenta con Gaspar para cumplir con esa tarea sin imaginar que dependerá de Rufino para lograrlo. Y lo más importante, que la película rescata lo importante del valor de la familia, esto planteado a través de la pintura como marco que va acompañando a la historia. No digo más porque sino quito el encanto.

Sinceramente desconozco de cuántas semanas lleva esta película en cartelera, pero me encuentro que a estas alturas sólo se está presentando en tres salas en Caracas, cosa que me resulta lamentable. En el cine de El Paraíso, en Galería Avila, y en el cine del Unicentro El Marqués.

A todas estas el planteamiento cinematográfico de la película cae por detalles en el manejo del sonido y de la iluminación. Sin embargo la fotografía y el acompañamiento musical, junto con las excelentes actuaciones, y el show que se roba la niña Yucemar Morales, significan un refrescamiento del cine nacional.

En más de una oportunidad me provocó estar en esa playa, con aquella incandescente luz del sol que mostraba la película.

Hay una escena que me dejó sin aliento, y para los que aman la buena fotografía sé que también lo apreciaron así, cuando Rufino sentado en una parada de buses descubre en su bolso la pintura ingenua que había hecho la niña. La cámara hace un paneo en circular, que en conjunto con la expresión del actor es mucho lo que transmite.

El cine venezolano está evolucionando.

martes, 16 de agosto de 2011

Cine y literatura oscura

Conocí a David Fincher con “El curioso caso de Benjamín Button”, una película con una historia bien narrada, hermosa, diferente, fotografía impecable, pero sin lograr que mis neuronas se detuviera a decodificar cada imagen. Sin embargo, no era su primer trabajo y los anteriores no los había visto.

Tuve la oportunidad de adquirir el libro “El Club de la Lucha” de Chuck Palahniuk, relato breve cuyas páginas iban incrementando en la dosis de anarquía, amargura, desengaño y rebeldía. Por qué negarlo, me sirvió de catarsis, no siempre todo marcha bien.

La novela ofrece un excelente humor negro en medio de las desavenencias en la vida del protagonista y su transformación al conocer a Tyler Durden. Las peleas clandestinas se convierten en su mejor válvula de escape, a la par que descubre lo más oscuro de la naturaleza humana, incluso de sí mismo.

“El Club de la Lucha”, la novela original, ofrece descripciones impecables, sencillas, precisas y ágiles, un ejemplo de verdadera vanguardia literaria, haciendo gala Chuck Palahniuk de una alta dosis de sarcasmo e imágenes escatológicas.

Palahniuk viola cualquier estamento literario para atreverse construir párrafos con sólo una línea, constituido por dos o tres palabras, entonces vale preguntarse ¿qué es un párrafo?

Debo afirmar que me dejó gratamente sorprendida el trabajo de David Fincher en su adaptación al cine, tomó la esencia y elementos importantes de la novela, valiéndose de una estética dinámica y oscura para mostrar a los tres personajes principales.

A continuación comparto con ustedes las citas que fui atrapando del libro mientras el personaje de Tyler Durden ofrece una cátedra de anarquía postmoderna:

  • "¿Qué sería de Jesús si nadie hubiera escrito los evangelios?"
  • "... Entre unas tetas flamantes y sudorosas que pendían tan gigantes como concebimos la grandeza de Dios"
  • "Tanto se ha hundido el fruto viejo y magullado de mi rostro que pensarías que estoy muerto"
  • "El portero se sonó la nariz y algo cayó en el pañuelo con la solidez de una pelota de béisbol"
  • "Tal vez la autosuperación no sea la respuesta... Tal vez la autodestrucción sea la respuesta"
  • "Los animales no están hechos para llegar a viejos"
  • "Sus dientes son sólo fragmentos de hueso que sobresalen de la piel con el objeto de triturar alimentos"
  • "El desastre es una parte natural de mi evolución hacia la tragedia y la disolución - susurraba Tyler"
  • "Y hundo las tres muelas entre el pelo y la mierda y los huesos y la sangre, para que Marla no pueda verlas"
  • "Antes de que se acabe la civilización tendré que aprender a leer las estrellas y a orientarme por ellas"
  • "Y vuelo lentamente por la puerta hacia la noche con las estrellas allá en lo alto y el aire frío"
  • "Esculpiría las estatuas de Fidias del Partenón con una Almádena y me limpiaría el culo con la Mona Lisa"
  • "Soy una muestra seca de tejido sanguinolento sobre el colchón desnudo de mi habitación"
  • "Todo en el cielo es silencioso, como unos zapatos con suela de goma"

Y después de todo ese barril de desconcierto y desahogo, en medio de una confusión de identidad, Palahniuk le da conclusión a su novela con la siguiente frase, y es el mejor resumen:
  • "Vamos a acabar con la civilización para hacer del mundo algo mejor"
A continuación el derrumbe de unos edificios, del poderío comercial. Así cierra la película.

martes, 31 de mayo de 2011

“Acto Cultural”: Mientras escenifiquen a Cabrujas

No me digan que José Ignacio Cabrujas está muerto, porque mientras exista en este país un grupo teatral que siga escenificando sus obras entonces será letra viva, letra donde la sangre recorre, un grito que se deja colar en la conciencia de cada uno de los hijos de esta tierra de Bolívar.

¿Pero somos hijos de Bolívar, o producto de un proyecto cuya envergadura no imaginaba Cristóbal Colón?, ¿qué pasa con nuestra identidad subyugada que se impide a si misma volver al pasado para entender el presente?

Entonces en Caracas el Grupo Actoral 80 mantiene viva la palabra de Cabrujas a través de su obra “Acto Cultural”, donde el pueblo de San Rafael de Ejido es testigo de una obra que escenificará la Sociedad Louis Pasteur para el Fomento de las Artes, las Ciencias y las Industrias.

En esta sociedad es Amadeo Mier quien toma la batuta luego de escribir la obra “Colón, Cristóbal, el genovés alucinado”, otra forma donde el insigne dramaturgo venezolano hace gala de su sarcasmo, característica que siempre fue evidente en sus escritos.

Aquí Cabrujas juega con el estilo del teatro dentro del teatro, y se aprovecha de esa forma artística para mostrar los enredos de unos personajes que confunden lo que escenifican con lo que acontece en sus vidas privadas, mirando siempre al pasado con dolor. A veces hablan como los personajes que están representando, y de repente sueltan expresiones que corresponde a ellos mismos, de lo que son, de lo que soñaron y no resultó.

Cabrujas tenía la maña de mostrar la vida privada de sus personajes, incluso los históricos, ese lado humano que se desconoce, atribuyéndose el derecho de construir una sátira de los mismos reyes de España cuando llega Cristóbal Colón a pedirles apoyo para viajar hacia el continente desconocido. Eso es “Acto Cultural”, una sátira de nuestra historia y de lo somos ahora.

Este dramaturgo tomó como base de sus obras la historia de Venezuela, lo que podría llamarse una dramaturgia política-histórica inspirado por Bertolt Bretcht, para luego confundirse con el día a día de sus personajes cotidianos haciéndose eco del estilo absurdo de Eugene Ionesco. En mi visión personal, Cabrujas fue una versión mejorada del teatro del absurdo de Ionesco.

En “Acto Cultural” Amadeo Mier toma vida de la mano del actor Juvel Vielma, mejor recordado como Boves en la película “Taita Boves”, dándole una fuerza inimaginada, con una voz de león que a veces ruge y en otras hace una expresión de dolor, acompañado de un excelente elenco como son: Melissa Wolf, Samanta Castillo, Angélica Arteaga, Daniel Rodríguez y Juan Vicente Pérez.

Recuerdo que cuando comencé a estudiar teatro me causaba ruido auditivo y visual la forma exagerada con que se expresaban algunos actores al entrar en escena. Sin embargo, esa característica expresiva encaja perfectamente con esta obra, es una expresión muy teatral que rescata asertivamente Héctor Manrique en la dirección de “Acto Cultural”, donde cada uno de los actores sacan la mayor energía de sí para brindarle la fuerza que requiere las palabras expuestas por Cabrujas.

Cabe destacar que la dramaturgia de Cabrujas sólo permite jugar con un teatro de texto, donde la palabra es el ángulo y hueso del montaje, donde el exceso de recursos visuales le quitaría la magia al manejo de un lenguaje cargado de ironías, y es también por esta razón que la actuación sumamente teatral le imprime el sabor que requiere esta obra.

Si eres venezolano y no entiendes el terreno sobre el cual vives entonces no dejes de ver “Acto Cultural”, en el Espacio Plural del Trasnocho, donde estará nuevamente a partir del 04 de junio.

PD: Foto de Nicola Rocco, tomada de la página del Grupo Actoral 80

viernes, 27 de mayo de 2011

Buscando ser una promoción

“Promoción Honor a mis Padres” es esa clase de obra donde el sabor tropical se mezcla con la poesía, con un buen dibujo del drama de cada uno de los personajes, y en una lectura social totalmente acertada.

Esta obra traduce al lenguaje teatral ese espíritu interno que se teje en cada uno de los jóvenes de un pueblo costero de Venezuela, Río Güarura, quienes celebran su graduación como bachilleres que egresan del Liceo Símbolos Patrios. Pero, ¿qué pasa con ellos?, ¿por qué el escenario del pueblo se levanta como atmósfera del fracaso?, ¿por qué quieren huir de la derrota de los padres?, ¿fueron los padres jóvenes mejores?, ¿quiénes son ellos?, ¿qué quieren?

Con esta obra Elio Palencia se alza, en el principio del siglo XXI, como uno de los dramaturgos venezolanos que hace una lectura a fondo de lo que somos y nuestras expectativas, rompiendo con el tono idealista, sin dejar a un lado el amor que se siente por la sociedad donde creció.

Dice Palencia sobre la obra: “Jóvenes fueron los conquistadores con su huella en el mestizaje, los próceres de la independencia, lo reivindicadores de tierra y hombres libres, la generación del 28, los guerrilleros de los 60… Desde el teatro, insistimos en jugar a espejos que reflejen hermosuras o esperpentos… que mañana no haya que preguntarse, como un personaje de Cabrunas, ¿de quién es la culpa, entonces?, ¿no es tuya la culpa?... ¿no tuviste la oportunidad?”.

Todo comienza con una expresión vulgar que socava lo frágil de la identidad juvenil, luego surge el dilema entre el ser y el tener, donde cada uno busca ser una entidad superior a su pasado, ¿pero quién es realmente triunfador o triunfadora en ese juego?, ¿acaso los que tenían más?, y entonces surge la imagen que considero brillante en toda la obra: La corresponsabilidad. Entonces el destino se aclara como una responsabilidad de cada quien, más allá del azar que parece incontrolable para muchos.

Con la dirección de Rufino Dorta estos personajes adquieren una cara más surrealista, haciendo de la obra de Palencia un cuadro más teatral, incluso plagado de textura con la simbología del agua que emerge de la playa, y la fuerza del tambor que muestra ese espíritu juguetón y hormonal que se encierra en cada joven.

Esta producción cuenta con la actuación de Abilio Torres, Jean Franco de Marchi, Peter Kuklesa, Natacha Pérez, Miosothis Pineda, Heriberto Garcés, Aquiles Diaz, José Lugo, Ángel Pájaro; y el apoyo musical de Roger Ramírez, Jerry Heredia, María Alejandra Tellis, Esrnesto Campos, Sahara Álvarez y Andrea Pedrón.

Un equipo espléndido para dar como resultado una verdadera joya teatral, vulgar y con poesía a la vez, con matices atrevidos, irreverentes, ingenuos y soñadores, donde cabe reír y a la vez asombrarnos de nuestras propias torpezas. Sin duda, arte más allá de arte. Porque Rajatabla nació siendo una voz de los jóvenes con “Tu país está feliz”, y permanece con esa postura fresca y contestataria.

“Promoción Honor a mis Padres” es reestrenada en la sala 1 del Celarg, este jueves 26 de mayo, a las 8:00 de la noche, para luego poder ser disfrutada por el público en una temporada completa hasta el 19 de junio. De jueves a sábados a las 8:00 pm, y los domingos a las 6:00 pm.

PD: La foto de mi querido director Rufino Dorta la tomé de la página "Visiones Particulares" de Francisco Lizarazo.

lunes, 2 de mayo de 2011

Cine y literatura, ¿un matrimonio disfuncional?

En un post anterior mencioné que el cine en sus comienzos se alimentó del teatro, y este último es también literatura. Saltaré el punto de la discusión del nexo entre el libreto teatral y la literatura, para entonces dar paso a otro alimento del cine, las bellas letras, la literatura.

A estas alturas han sido muchas las novelas y relatos llevados a la gran pantalla, de diferentes latitudes, y esto seguirá ocurriendo. Pero lo que me inquieta es determinar cuándo se trata de una buena adaptación y cuándo no. ¿Hay acaso una regla para llevar a cabo este proceso?

La frase más común entre los espectadores es “Nunca una película igualará a la emoción de un libro”, y entonces nos limitamos a creer que el cine nunca recreará, aunque sea el 80 por ciento, la imaginación del lector, o inclusive superarla. Sin embargo, todavía los jóvenes de bachillerato cuando les mandan a leer “La casa de los espíritus” prefieren ver la película, y no con orgullo debo confesar que cometí ese pecado.

Comenzó mi aventura. Había una historia épica de elfos, hobbits, y enanos, y la película resultó de una belleza inimaginable en su logro al recrear la historia original que estoy segura que la calavera de J.R. Tolkien, autor de la trilogía “El señor de los anillos”, sonreía con placer. Entonces llegué a pensar que si es posible una buena adaptación que respete la esencia de un libro.

Segunda etapa. Un relato que asume el olfato como el narrador. Una orgía en una plaza que se me hacía difícil imaginarlo llevada al cine, pero que magistralmente fue una poesía visual, para luego dejar un aire de decepción con la escena final, tan desligada de la crudeza de la novela, carente de ese aire de venganza animal que había en “El Perfume”, novela de Patrick Suskind. Pero salvo ese final, una muerte simple y escueta que no rozó siquiera lo fuerte de la descripción original, el resto de la película no tiene perdida y mantiene la idea del autor.

Tercer encuentro. Un escritor secuestrado y atormentado por una enfermera con desorden mental. Y para hacer notar el respeto que le tengo a esta novela “Misery” de Stephen King, traigo a colación un extracto que me parece que encierra la esencia de la historia y es, a mí parecer, una de las mejores descripciones que he leído en la literatura hasta el momento:

“El dolor latía en sus piernas y le apretaba el escroto como una argolla de acero. Se había palpado la zona y le parecía que la pelvis estaba intacta, aunque tenía una sensación extraña. De las rodillas para abajo, tenía la impresión de que estaba entero; pero no quería mirar. A través de la ropa de la cama podía ver las formas abultadas y retorcidas. Eso era suficiente.”

Apenas terminé con la novela me puse a ver la película. La decepción fue grande. Hubiese sido preferible torturarme nuevamente con Matrix 3 en el cine, llenando mi boca de cotufas como cerda de neuronas flojas. Lo único que me mantuvo firme en terminar de ver la película fue el trabajo actoral de Kathy Bates como la enfermera desquiciada Annie Wilkes. Del resto hubo detalles que más allá de omitirlo por factor tiempo, le restaron ese aire de terror psicológico que construyó Stephen King.

En primer lugar el autor parte con la descripción del asco que Annie producía en el escritor Paul, esto se olvidó, ni siquiera hubo un acercamiento a este detalle importante. Por otro lado, la enfermera no le partía los pies al escritor, le cortaba el izquierdo como amenaza. Y no creo que el factor desarrollo tecnológico (la película fue hecha en 1990) haya impedido hacer una especie de efecto, o dar a entender en una imagen al público lo que había hecho Annie. Luego, no fue un solo policía que estaba trabajando en la búsqueda del escritor desaparecido, sino que en la historia aparece un policía que está trabajando en la búsqueda de Paul, pero que fallece en manos de la enfermera desequilibrada, y luego aparecen dos buscando tanto al policía desaparecido como al escritor, en la película se limitaron a un solo sargento y con un suceso, entre otros detalles que cambiaron, restándole fuerza al trabajo de S. King.

Tras esta decepción, recientemente hubo algo que me cautivó. La novela “Orgullo y prejuicio” de Jean Austen, cuyo aire femenino relata los conflictos de las familias de clase alta de la Gran Bretaña del siglo XVII, sin duda llega al corazón de las mujeres, y con un uso inteligente del sarcasmo. Al toparme con la película pasó un fenómeno distinto, el movimiento de la cámara le dio otro aire a la historia, convirtiendo al film en un relato más interesante que la novela per se. Salvo el detalle, de que no sé porqué necedad lo alteraron, cuando Elizabeth se entera de la huida de su hermana al primero al que se lo informa es a Darcy, en cambio en la película mostraban a ella acompañada de sus tíos y de Dary en ese justo momento.

¿Directores necios?, ¿resta de detalles para ganar tiempo?, ¿falta de revisión de la historia original?, ¿ganas del director de vanagloriarse diciendo que esa fue su visión de la novela?, no sé, pero tal parece que mejorando o empeorando el relato original, casi nunca la película perseguirá la fidelidad del relato original. Seguiré viendo adaptaciones, si encuentro una que cambie el panorama lo informaré.

lunes, 11 de abril de 2011

El encanto de un cumpleaño teatral

Tal vez esto me lleve a un estado de neurosis. De lunes a viernes estudiando teatro en Rajatabla, sábados en la tarde ensayos de una obra, y los domingos casi siempre me escapo a ver una obra de teatro. ¿Por qué había que hacerlo diferente en mi cumpleaño?

Este domingo me levanté a las 7 de la mañana para desayunar con calma, arreglarme y estar lista para las 9 salir a grabar un cortometraje apoyando como actriz a una amiga que estudia en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). A las 2:40 de la tarde llegué a mi casa para arreglarme a la velocidad de la luz, debía estar a las 4:00 pm en el Paseo Las Mercedes para ver la obra “Acto Cultural”, y llegué a tiempo para poder disfrutarla.

Si creen que leer una obra de teatro y ver luego su representación es diferente a hacerlo con una novela y su versión cinematográfica, pues no, siempre hay cosas que las imaginas diferentes. Pero sin duda la versión presentada por el Grupo Actoral 80 de la obra de José Ignacio Cabrujas contó con un cuerpo de actores esplendidos.

Los actores de la obra “Acto Cultural” eran como resonadores, de cuyas pieles salían olas de voces que se apoderaban de cada centímetro de la sala “Espacio Plural” del Trasnocho, que fue donde se presentaron. Ellos hicieron su propia versión de los personajes, pero no perdieron un toque de lo que yo misma había imaginado cuando la leí.

Entendí que la noción de cultura no está tan divorciada de la vulgaridad que arropa a la especie humana. Que hablar de cultura no exime entender que cada ser humano lleva dentro de sí su versión animal. ¿Y qué es cultura luego de que América sigue buscando su identidad más allá de Cristóbal Colón?, fue sin duda un planteamiento fuerte por parte de José Ignacio Cabrujas.

Tememos cargar un guayuco, y no criticamos lo de afuera, y otras veces execramos lo de afuera, por ser simplemente de afuera, rechazamos toda esa carga que viene dibujada de tres barcos con nombres pintorescos. Cabrujas era un genio. Cabrujas se daba el derecho de decirnos en nuestras caras lo torpe que somos como sociedad. También se daba la libertad de no ser tan intelectual para mostrarse como un ser humano, como lo que era, a través de sus obras. Estoy inmensamente agradecida con la persona que me regaló la entrada para ver “Acto Cultural” en el Trasnocho.

Por otro lado, participar en el cortometraje debo confesar que fue agotador, es un trabajo latoso, minucioso, requiere de mucha paciencia, pero no descarto la idea de experimentar hacer uno o seguir participando en otros.

Y mi día culminó con una rica torta cortesía de Natalia Armas, ¡gracias amiga!

PD: Foto de Nicola Rocco, tomada de la página del Grupo Actoral 80

miércoles, 23 de marzo de 2011

Mirada no tan inocente a un musical

Querido paisano Bryant

Aprovechando la oportunidad que tienes de ver un musical de alta calidad en Madrid, quisiera que te convirtieras en mi ojo. Si yo vería un musical estas serías los asuntos en que me fijara:

Por lo general en un musical bailarines y actores realizan varias tareas escénicas mientras ocurre la principal. En teatro, “tarea escénica” es una acción que ejecuta el actor durante una parte de la obra o la mayor parte de esta; ejemplo: estar en una cocina cortando vegetales o carne es una tarea escénica, estar esperando a alguien también, lavar ropa, hacer un rezo, limpiar, es sencillamente una acción que sucede en medio de la obra. En los musicales se tienden a distribuir varios grupos de bailares y actores en diversas partes del escenario a hacer cosas similares o diferentes. Aquí se puede ver si el montaje es limpio o tosco, si las tareas escénicas están claras o se pierden en medio de la obra.

Una cosa donde soy muy exigente es con la iluminación. Esta debe ser clara. Cuando digo clara es que se tenga bien determinado el objetivo que lleva esta: a cuál personaje iluminar y por qué, la disposición de esta (cenital, frontal, etc); bueno, en cuanto a la iluminación imagínate al manejo del ángulo en fotografía; también la iluminación debe ser una cómplice en la obra, no un adorno, debe subir o bajar intensidad según el estado de ánimo de los personajes, inclusive puede apagarse como si fuera una pausa en una conversación.

La estética. Este es un asunto que también influye para generar un estado de ánimo en el espectador. La estética se nota en el vestuario de los bailarines y actores, así como en la escenografía. Hay estéticas coloridas, pasteles u opacas, frías o cálidas, ahí me dirás.

Del resto ya me contarás cuáles fueron tus partes favoritas de la obra, qué actor se destacó y por qué, y si la música montada para la pieza te gustó y por qué.

Espero que esté claro mi solicitud, un gran abrazo.

jueves, 3 de marzo de 2011

Femenino violento

Para los que creen que “violencia” es una palabra en el catálogo de antónimos con respecto a “femenino” les plantearé los siguientes casos: una madre que cae a nalgadas intensas o ramazos varios a sus hijos en plena calle, una mujer que pelea con otra agarrándose por los cabellos en la vía pública, se vea arrabalero o no, es un hecho con personajes femeninos.

La violencia no es un hecho que surja solamente del poder de “Marte”, también “Venus” pare violencia. Venus está plagada de defectos, si queremos verlo de esa manera.

Un amigo me dijo: es que tú tienes un lado masculino desarrollado. Tal vez esto me ha dado la oportunidad de casi entender el gusto de los hombres por películas violentas, no hablemos de acción, sino películas con signos de violencia, inclusive algunas novelas como el caso de “Tinta roja” de Alberto Fuguet.

Aclarado el punto de que no tengo escrúpulos en cuanto al asunto de la violencia y su expresión en el arte pasemos a hablar de algunas películas en este género:

1.- Pulp Fiction: Película con excelente guión, curiosa fotografía, tremendas actuaciones, buen manejo de los colores de acuerdo a la atmósfera que vivían sus personajes. En este caso la violencia era necesaria, pero estuvo magistralmente manejada. Como dicen, “ni tan calvo, ni con dos pelucas". Ni me la pongas tan suave que pierda credibilidad, ni tan intensa que entonces una quiera salirse del cine o darle stop a la película. Inclusive a mi madre que no le gusta estas cosas le fascinó el film de Quentin Tarantino.




2.- Réquiem para un sueño (Requiem for a dream): Desde que vi esta película me convertí en una fan enamorada de Darren Aronofky. Para los que no saben es el mismo director de la película “Black Swan”, mejor conocida como “Cisne negro”. Lo que puede parecer la historia aburrida de unos jóvenes adictos a las drogas y de una vieja enferma por la televisión y las dietas, se constituyó para mí en la forma más esplendida de edición y fotografía para plantear toda la trama. No fue solamente una historia de fracasados.




3.- La lista de Schindlerd: Cuando pienso en esta película me pregunto de qué otra manera se podía plantear lo absurdo de la visión Nazi y la Segunda Guerra Mundial. Violencia precisa y justificada. Una joya de Steven Spielberg.

4.- Historia americana X (American history X): Esta película de Tony Kaye es una de las mejores hechas y además con una historia tan fuerte cuya violencia se plantea necesaria para mostrar lo absurdo de las ideologías que impulsaban a sus personajes, sobre todo al protagonista, magistralmente representado por Edward Norton.

5.- Asesinos por naturaleza: Una historia que consistía en mostrar la hipocresía de muchos grupos de la sociedad, incluyendo la misma familia, y cómo esto afecta la visión de una pareja sobre su mundo exterior, a mi criterio, pudo haber sido más interesante si la estética de la película no estuviese tan manchada de imágenes que saturó la propuesta cinematográfica. Tantas caricaturas de fondo y el rompimiento excesivo con la naturalidad eliminaron de mí todo criterio positivo sobre esta película de Oliver Stone.

En conclusión, sí he visto películas duras y muchas de ellas me han gustado, inclusive desde mi esencia femenina.

lunes, 28 de febrero de 2011

De cómo penetra el teatro en las venas y la culpa de Miranda

“Persigo la imagen que hice de mí
y siempre estoy en deuda conmigo”.
Tu país está feliz, poemario de Antonio Miranda


Hay hechos que se dibujan como una nube gris en la vida y en ese desespero buscas hallar una luz, así fue el teatro para mí, una luz que hallé sin saber que me iba a gustar tanto.

Comenzó como un juego, una exploración, un matar el tiempo, un olvidar mis penas, y por qué no decirlo, matar el despecho. Pero se apoderó de mis venas, porque sí, el teatro se apodera de las venas de quien lo ejerce, y desde ahí es difícil soltarse, no hay divorcio posible, puede ser el ángel que te acompaña como el diablo que te atormenta.

En medio de la carrera universitaria pensé dejarla para dedicarme enteramente al teatro, pero la mirada de mi madre fue un rotundo: “Ni se te ocurra carajita”. Así que seguí todo el proceso formal y terminé mi carrera. Ahora estoy en Caracas estudiando teatro como lo quería hacer.

Recuerdo que cuando cubría la fuente de cultura en el periódico Nueva Prensa de Guayana me tocó asistir a la presentación de la obra “Tu País está feliz” del grupo Rajatabla, acompañada del fotógrafo Pedro Da Silva. Yo creo que esa noche él terminó pensando que yo estaba loca porque cuando volvimos al carro luego de culminar la pauta yo no paraba de decir: “Quiero volver al teatro, quiero volver al teatro, quiero volver al teatro”.

Ahora, ¿por qué hablar de “Tu País está feliz”?, pues porque esa obra encierra el clímax en la historia del teatro venezolano y el nacimiento de la agrupación Fundación Rajatabla. Fue el comienzo de la internacionalización del teatro venezolano. Su estreno fue el 28 de febrero de 1971 preparado para tres funciones lo que se convirtió en tres años seguidos en cartelera dentro y fuera del país, poemario de Antonio Miranda llevada a la escena teatral por Carlos Jiménez y musicalizado por Xulio Formoso.

Al buscar evidencia de las palabras de Carlos Jiménez sobre la puesta en escena de los poemas de Antonio Miranda el decía: “Poesía en búsqueda de la perfección, nutrida por la miseria, perseguidora de esperanzas, tiene su mayor mérito en cuestionarse por sí sola y en salvarse por sí misma”.

Pero es que llevar poemas a la escena teatral no es fácil, interpretar exactamente lo que quiere decir el poeta no lo logra cualquiera, darle energía a unos versos que en su lectura parecen simplones tampoco es un arte que cualquier mortal cosecha. Ver “Tu País está feliz” es entrar en un mundo rebelde, hippie, lleno de sueños, agudo, crítico, enérgico e irreverente, con alma de águila libre, es tomar una tela y un cuerpo y hacer de ello todo un mundo diferente. Por eso, cuando tengan la oportunidad de ver esta obra no la dejen pasar, la recordarán toda su vida.

“Tu País está feliz” funciones lunes 28 de Febrero, martes 01 y miércoles 02 de marzo, en la sala 1 del Celarg , a las 8:00 pm, 90 bs la entrada.

viernes, 25 de febrero de 2011

Convertida en esponja

Contamos, 10, 9, 8, 7… y el ritmo baja a 3. Superando el estrés de una mudanza y unos cambios inesperados. No crean que comienzo de año significa poco trabajo en la oficina, absolutamente no. Y burlándome del tiempo logré leer “Rayuela”. Sólo les puedo decir que la próxima vez que la lea será a mi antojo, en la secuencia que se me ocurra, es que estoy segura que Julio Cortázar superó su propio capricho.

Mientras tanto, mi lector externo de DVD se porta demasiado bien, más fiel que perro callejero cuando le das comida. Ahora disfruto las películas de otra manera. No es lo mismo el ojo de una espectadora que busca divertimento a otra que ansía aprender a través del cine.

Recuerdo que un día mi amigo José Gregorio Maita me dijo que aprendió algo de narrativa a través de las películas. En su momento me pareció un sacrilegio esa afirmación. Le dije que bien podría servir para la construcción de diálogos, pero no para manejo de la narrativa. Ahora mi lengua debe dar un paso atrás porque entendí a qué se refería. Ya no tengo duda que cada película lleva una narrativa propia, cinematográfica, alejada mucho o poco de la literatura, pero narrativa en fin, un tiempo, inclusive una construcción muy similar al postulado aristotélico (Inicio, desarrollo, climax y desenlace).

Ahora me fijo con más ahínco en las actuaciones, obvio, estoy estudiando actuación, y también en la fotografía, creo no se puede hablar de cinematografía si la fotografía no lleva un diálogo en paralelo con el guión de la película, igualmente en los colores que predominan en el film, la edición, la construcción de los personajes y la historia.

Mi otra mala maña, incluso antes de comenzar a estudiar teatro, era que me tenía prohibido ver una película basada en una novela sin haber leído el texto original que le daba nacimiento al film. Aún sigo con esa premisa, salvo en dos oportunidades donde infringí mi propia ley. Creo que con el tiempo esta mala maña será reforzada.

Ustedes se preguntarán porqué hablo de cine cuando estudio teatro, pues bien, antes de nacer el cine ya el ser humano hacía teatro. La cosa comenzó, supuestamente, con unos hombres que jugaban a invocar a los dioses Sol, Luna y a la lluvia, entre otros fenómenos naturales convertidos en dioses, y de repente los griegos con su mente aguda le incluyeron texto a lo que ellos hacían como acto pagano.

Podría decirse que cuando nació el cine era una ramificación del teatro, y que con el desarrollo tecnológico ha tomado su propia personalidad. Inclusive hace dos décadas se comenzó a hablar de la inclusión del cine dentro del hecho teatral, es decir, introducir una gran pantalla con un vídeo en medio de una escena en teatro, claro está involucrado con lo que pasaba en la obra. Sin embargo, ese hecho tecnológico no ha divorciado del todo al teatro del cine en los siguientes aspectos: guión o libreto, actores, escenografía o escenario, iluminación, puesta en escena o fotografía.

Recuerdo que en una entrevista Fina Torres dijo que para hacer cine es vital conocer de fotografía, estoy totalmente de acuerdo con ella. El manejo de los encuadres, los ángulos, eso se aprende estudiando fotografía. En el mundo de los escritores existe la premisa que para escribir primero hay que leer, esto también aplica a los que se consideran guionistas. Y cuando hablamos de dirección aprendí que no basta conocer el manejo de la fotografía, lo que en teatro sería puesta en escena, debes también conocer la actuación, de primera mano, para poder considerarte un director o directora de actuación. Cosa compleja señores, esto que estoy aprendiendo es complejo, ¡pero divino!

Tal vez me tarde en volver a postear, la responsable de este blog anda de esponja.

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