miércoles, 20 de octubre de 2010

La puerta abierta en Krina Ber



Cuando el pasado 17 de julio asistí a la tertulia con Krina Ber en la Librería Kalathos no me imaginé que una mujer de aire tan sencillo tuviese un mundo interior tan rico y complejo. Asistí con la simple información que tenía sobre la escritora a través de su cuento “Amor”, con el cual ganó el Concurso de Cuentos de El Nacional, en el 2007, y desde sus primeras líneas me atrapó.

Mi imagen previa no correspondió con lo que vi, y es por el siguiente asunto: su nombre y apellido extraño, nada criollo, pensé podía referirse a una descendiente de inmigrantes enraizados en Venezuela; en el siguiente plano vi a una mujer demasiado blanca, tan blanca que a primera vista sabes que nada del caribe corre por sus venas, y en el tercer plano de mi visión-audición fue cuando la escuché hablando, en un español trastabillado, y en ese momento caí en cuenta, ¡Dios mío!, ¿cómo una mujer que apenas habla el idioma puede escribir tan bien en castellano?, era como ver un milagro en puerta.

Espera… La puerta está abierta.
(“Amor” de Krina Ber)

Así la defino, como una puerta abierta al idioma. Es que su proceso de formación como escritora es curioso. Nació en Polonia, creció en Israel, estudió en Suiza, se casó en Portugal, para luego terminar en una ciudad de una dinámica turbulenta como es Caracas. En varias entrevistas ella afirma que su rutina como profesional, madre y esposa le imposibilitaba ser constante con la lectura, y que su coqueteo con la escritura había comenzado a los seis años con cuentos y poemas, pero que allí se congeló, hasta entrado el nuevo milenio cuando con 50 años entonces asistió a talleres de narrativa en la UCAB, luego con el instituto ICREA, y también en el Celarg.

¿Por qué una mujer que habla varios idiomas escogió el castellano como la herramienta para su expresión literaria?, pero dejo esa respuesta en palabras que ella dio en una entrevista: “Cada idioma es maravilloso cuando se profundiza en él.”

Durante la tertulia yo no salía de mi asombro. Así que en el momento de las preguntas le dije:

- ¿Hay algunos autores en polaco que le gustaría traducir al castellano?, ¿y qué autores venezolanos traduciría para que los conocieran en Polonia?

Su respuesta, además de humilde, fue muy hermosa. Confesó que no conocía mucho de la literatura polaca como para recomendar, y que para ella son muchos los autores venezolanos que valdría la pena traducir a su idioma natal. Creo que no queda duda de su amor por el castellano.

Finalista en el Concurso de Cuentos de SACVEN, en su tercera edición en el 2002, con su cuento “Los milagros no ocurren en la cola”, Premio Monte Avila Editores con su libro “Cuentos con agujeros”, publicado por la misma casa editorial en el 2004, que por cierto lo compré, también ganadora de la XI Bienal Literaria “Daniel Mendoza” del Ateneo de Calabozo, y a principios de este año presentó su segundo libro de cuentos "Para no perder el hilo", el cual tengo pendiente por adquirir.

Tal vez el castellano es su estancia con la escritura. Tal vez se trata de algo circunstancial. Pero lo ama, tanto que no teme su complejidad, y disfruta cada palabra que aprende como si fuera una golosina. Con toda esta reseña yo sólo los invito a seguirle los pasos, y que hagan de este idioma una puerta abierta en sus vidas.

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