lunes, 28 de febrero de 2011

De cómo penetra el teatro en las venas y la culpa de Miranda

“Persigo la imagen que hice de mí
y siempre estoy en deuda conmigo”.
Tu país está feliz, poemario de Antonio Miranda


Hay hechos que se dibujan como una nube gris en la vida y en ese desespero buscas hallar una luz, así fue el teatro para mí, una luz que hallé sin saber que me iba a gustar tanto.

Comenzó como un juego, una exploración, un matar el tiempo, un olvidar mis penas, y por qué no decirlo, matar el despecho. Pero se apoderó de mis venas, porque sí, el teatro se apodera de las venas de quien lo ejerce, y desde ahí es difícil soltarse, no hay divorcio posible, puede ser el ángel que te acompaña como el diablo que te atormenta.

En medio de la carrera universitaria pensé dejarla para dedicarme enteramente al teatro, pero la mirada de mi madre fue un rotundo: “Ni se te ocurra carajita”. Así que seguí todo el proceso formal y terminé mi carrera. Ahora estoy en Caracas estudiando teatro como lo quería hacer.

Recuerdo que cuando cubría la fuente de cultura en el periódico Nueva Prensa de Guayana me tocó asistir a la presentación de la obra “Tu País está feliz” del grupo Rajatabla, acompañada del fotógrafo Pedro Da Silva. Yo creo que esa noche él terminó pensando que yo estaba loca porque cuando volvimos al carro luego de culminar la pauta yo no paraba de decir: “Quiero volver al teatro, quiero volver al teatro, quiero volver al teatro”.

Ahora, ¿por qué hablar de “Tu País está feliz”?, pues porque esa obra encierra el clímax en la historia del teatro venezolano y el nacimiento de la agrupación Fundación Rajatabla. Fue el comienzo de la internacionalización del teatro venezolano. Su estreno fue el 28 de febrero de 1971 preparado para tres funciones lo que se convirtió en tres años seguidos en cartelera dentro y fuera del país, poemario de Antonio Miranda llevada a la escena teatral por Carlos Jiménez y musicalizado por Xulio Formoso.

Al buscar evidencia de las palabras de Carlos Jiménez sobre la puesta en escena de los poemas de Antonio Miranda el decía: “Poesía en búsqueda de la perfección, nutrida por la miseria, perseguidora de esperanzas, tiene su mayor mérito en cuestionarse por sí sola y en salvarse por sí misma”.

Pero es que llevar poemas a la escena teatral no es fácil, interpretar exactamente lo que quiere decir el poeta no lo logra cualquiera, darle energía a unos versos que en su lectura parecen simplones tampoco es un arte que cualquier mortal cosecha. Ver “Tu País está feliz” es entrar en un mundo rebelde, hippie, lleno de sueños, agudo, crítico, enérgico e irreverente, con alma de águila libre, es tomar una tela y un cuerpo y hacer de ello todo un mundo diferente. Por eso, cuando tengan la oportunidad de ver esta obra no la dejen pasar, la recordarán toda su vida.

“Tu País está feliz” funciones lunes 28 de Febrero, martes 01 y miércoles 02 de marzo, en la sala 1 del Celarg , a las 8:00 pm, 90 bs la entrada.

2 comentarios:

José Correa dijo...

Gracias por el consejo, cuando tenga la primera oportunidad de poder disfrutar de "“Tu País está feliz”" lo haré sin falta.
Y compartiré la misma expresión "Quiero entrar al teatro, quiero entrar" XD
Saludos y cuídate.

Unknown dijo...

Nuestro común amigo Maxx suele decir "Yo amo lo que hago" y solo puedo agregar: que bueno que estás haciendo lo que amas, Teatro!

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